BAZA: Conmoción cofrade por el fallecimiento del costalero Raúl Soriano

La Semana Santa bastetana pierde uno de sus puntales más firmes con la muerte de Raúl Soriano, «Sori». Un fuerte mazazo nos sacudía ayer cuando, a través de Internet, conocíamos del fallecimiento de Raúl Soriano Molina, «Sori», uno de esos bastetanos de corazón que vino al mundo en la barriada del Cerrillo de Maracena, hace 33 años, pero que llegó a Baza para integrarse en cuerpo y alma en nuestra ciudad y ser tan bastetano como el que más.
Raúl ha sido un cascamorrero excepcional, hizo sus pinitos artísticos en la batería del grupo musical «Espantapájaros», fue fundador de la Peña Bastitanes y seguidor apasionado del CD Baza; también, trabajador en la empresa Mercadona a la que ha dedicado los últimos años de su vida. Pero si en algo se había involucrado era en la Semana Santa bastetana, formando parte de la Junta de Gobierno de la Cofradía de la Esperanza y como costalero de la Cofradía del Silencio de Ntra. Señora de los Dolores.

Raúl Soriano, pregonero en 2010 en su Cofradía de la Esperanza. Hablar de la muerte de Raúl es recordar sus palabras en el Pregón del Costalero que pronunció en el año 2010 y en el que hablaba de su amor a
su Virgen de la Esperanza, con palabras que parecían el preludio de su prematura marcha de entre nosotros. «Cómo no iba a acordarme, al volver a verte, después de tantos años viendo como llegaba a la misma estación, siempre al mismo lugar, justo al llegar las ansiadas vacaciones de Navidad». Seguro que esta Navidad, «Sori» está en la mejor compañía, también junto a su amigo Paquito, al que recordaba diciéndole unas palabras que bien podrían ser para él mismo: «Para mí no estás muerto. Estás dentro de todo aquel que vive su Semana Mayor, con la intensidad que tú la vivías; estás dentro de las imágenes que tanto has venerado; estás dentro de todos y cada uno de los corazones que comparten penitencia
cada Jueves Santo».

Se nos ha ido el «Sori» y deja un vacío que nadie va a llenar. Deja también a una esposa a la que amaba intensamente, y con la que se casó apenas hace unos años, y deja también una criatura de tan sólo unos
meses, cuando apenas ha echado a andar en la vida, y a la que habrá que contarle tantas y tantas cosas de ese padre que ya no estará con ella pero que seguro que velará por su vida, con la Esperanza de estar en el lugar donde sólo deben estar los mejores junto a Ella. Descansa en paz, amigo Raúl, y no te olvides de cuantos aquí has dejado, los mismos que a ti no te olvidarán.

El sepelio de Raúl fue ayer domingo, a las cuatro de la tarde, en la Iglesia de San Juan, hasta donde será trasladado desde el Tanatorio Muñoz, en la Carrera de Palacio.

Fuente: Granadacofrade

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