El Gran Poder con Túnica Blanca

Rescatamos este interesante artículo publicado en su día por Don Nicolás Salas, y bajo la investigación rigurosa de Luis Morales García.

Luis Morales García (Sevilla, 24 de enero de 1966), fue bautizado seis días después ante la imagen de Nuestro padre Jesús del Gran Poder y en la misma fecha inscrito como hermano, siendo la costumbre de su padre, Luis Morales Lupiáñez, y su abuelo, Luis Fernando Morales León, vinculados de por vida a la Hermandad del Señor de Sevilla.

Fue precisamente de labios de su progenitor y de su abuelo como llegaron a conocimiento de Luis Morales García las primeras noticias de que el Gran Poder había hecho estación de Penitencia en la Catedral vistiendo una túnica blanca, pero sin conocerse aún la fecha ni la causa del cambio de color. Muchos años después, tuvo ocasión de estar frente a frente con la fotografía que acreditaba lo que hasta entonces, casi toda su vida, había sido un misterio. Fue a principios de julio de 2002.

Hasta llegar a conocer la fotografía de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder con túnica blanca, Luis Morales García realizó incontables gestiones e investigó en archivos y hemerotecas, sin éxito. Hasta que un día del mes de junio de 2002, una señora fue a su oficina y al ver una fotografía del Gran Poder enmarcada sobre su mesa de despacho, le comentó que ella era también devota del Señor desde que vino a Sevilla a contraer matrimonio. En efecto, Carmen González Espeso, leonesa de nacimiento, contrajo matrimonio con el popular ganadero de reses bravas Isaías Vázquez Quintanilla, y éste lo primero que hizo fue llevarla a rezar ante la Imagen de su devoción. Tanto Carmen como Isaías han fallecido recientemente, ella el día 25 de noviembre de 2002, en accidente de tráfico, y él sumido en la pena por haberla perdido, el pasado 18 de diciembre de 2003.

Cuando Luis Morales García le comentó a Carmen González Espeso la existencia de una túnica blanca, vestida excepcionalmente por la imagen, que él estaba investigando por imperativo devocional, se encontró con la agradable sorpresa de que ella también conocía su existencia y, lo que fue definitivo, sabía quién tenía la fotografía en su domicilio. En efecto, sus actuales propietarios son el matrimonio formado por Manuel Álvarez Rodríguez y Rosario Guillén Morales, quienes la poseen heredada del sacerdote Francisco Díez Castillo, que fue coadjutor de la Parroquia de San Lorenzo y Capellán de la plaza de toros de la Real Maestranza.

La fotografía de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder con túnica blanca, mide 80 centímetros de alto por 51,50 de ancho. El cuadro total mide 105 centímetros de alto por 77 de ancho, y el paspartú en color beige tiene 98,50 centímetros de alto por 61 de ancho. Dentro de la fotografía, en la parte inferior derecha, puede leerse: Industrial Fotográfica, Valencia, 3-925. Más abajo, en la esquina derecha del paspartú, está el texto que documenta el origen de su primer propietario, y que dice textualmente: “La Hermandad de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder, le dedica este recuerdo a D. Francisco Díez, coadjutor de la Parroquia de San Lorenzo. Sevilla, 19 de marzo de 1933”.

Luis Morales García siguió investigando hasta lograr conocer la verdad completa. Él mismo, nos escribe: “Volviendo a la túnica blanca y después de conocer las diversas túnicas utilizadas por el Señor desde 1620 hasta nuestros días, compruebo que aquélla fue regalada por una devota, y que fue confeccionada en tisú de oro (tisú: tela de seda entretejida con hilos de oro y plata), estrenándola en su Estación penitencial a la Catedral en la madrugada del Viernes Santo del 17 de abril de 1908, a la vez que los cuatro faroles de plata de ley sobredorada que iluminan el paso, que también fueron donados. Como anécdota, la Cofradía se recogió antes de lo previsto, porque a las seis de la mañana llovía sobre Sevilla, pero la plaza estaba llena de fieles con el deseo de conocer la nueva túnica blanca”.

Pese a la admiración que causó en los fieles la túnica blanca, la Hermandad decidió no utilizarla, y encargó a Manuel Rodríguez Ojeda que la bordara, con resultado tampoco satisfactorio. Entonces se pasó el bordado a una túnica de terciopelo granate, la que ahora se conoce como la túnica persa. De manera que la túnica blanca desapareció para siempre y sólo queda como testimonio de su existencia, la fotografía que reproducimos.

Fuente: lapasion.org

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