La ciudad de Guadalajara dedica un monumento al Papa Beato Juan Pablo II

Este sábado ha tenido lugar la bendición e inauguración de la estatua que el Ayuntamiento ha levantado a Juan Pablo II El acto ha estado presidido por el alcalde de Guadalajara, Antonio Román y Atilano Rodríguez, obispo de la diócesis, encargado de bendecir la efigie.

Con un presupuesto de 40.000 euros, la escultura realizada en bronce pesa 300 kilogramos y mide 2 metros. La obra de Oscar Alvariño representa a Juan Pablo II con las manos abiertas al mundo en una imagen muy plástica, veraz y con gran parecido físico al fallecido Papa y hoy Beato de la Iglesia Católica que celebraba su festividad litúrgica hace escasas fechas.

Tal y como ha recordado Román en su discurso, el homenaje realizado a la figura de Juan Pablo II, responde a la decisión adoptada por los tres grupos con representación política en el Ayuntamiento, sólo seis días después de su fallecimiento.

Tras repasar algunos de los aspectos más destacados de su biografía, Antonio Román ha definido a Juan Pablo II como «defensor de la vida, de la familia, de la condición y dignidad humana y de los más pobres».

«Fue la autoridad moral más importante del mundo a lo largo de su pontificado, fue una personalidad clave en el devenir del mundo en la segunda mitad del siglo XX, que imponía el respeto de todos, creyentes y no creyentes, por la claridad de sus mensajes, por su sinceridad y por sus reconocidos esfuerzos a favor de la justicia, la dignidad humana, los derechos humanos y la paz», ha señalado.

Asimismo ha reconocido sus esfuerzos a favor de la democracia y la libertad en los pueblos con regímenes totalitarios, y también por su actividad a favor del diálogo en las situaciones de conflicto de pueblos y estados.

Román ha concluido su intervención elogiando la magnífica obra escultórica realizada por Óscar Albariño, «que va a perpetuar la imagen y recuerdo de alguien a quien admira el mundo y que, ante todo, fue un hombre bueno: Karol Wojtila, el papa Juan Pablo II», ha concluido.

Fuente: revistaecclesia.com

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