«La ‘Cuadrilla del Arte’ revolucionó la Semana Santa y luego se han recogido los frutos» (1/2)

Una de las referencias del bordado en Andalucía, Juan Rosén, también tiene un destacado curriculum cofrade en Málaga. Formó parte de la llamada ‘Cuadrilla del Arte’, que allá por la década de los ochenta aportó aire fresco y juventud a la Semana Santa de la capital. Suyos fueron los primeros grandes montajes de cultos que se hicieron en esta ciudad en la historia reciente.

A lo largo de un almuerzo desarrollado en el mesón Lo Güeno de la calle Strachan, Juan Rosén recuerda la labor cofrade que realizaron aquellos jóvenes y aporta su visión sobre la juventud actual. En esta primera parte de la entrevista, detalla cómo es la convivencia en una feligresía tan compleja por lo extensa como la de los Santos Mártires, donde más hermandades y colectivos cristianos cohabitan.

-¿Juan Rosén llega al bordado por las cofradías, o a las cofradías por el bordado?

-Yo llego a las cofradías porque estoy criado en Los Mártires: el Huerto es mi cofradía madre, por llamarlo así. Niño de Acción Católica, como todos los niños aquel momento, vestido de flechita… En Los Mártires también estaba Pasión y en la década de los sesenta se incorpora el Sepulcro. Pero yo eché los dientes en el Huerto. Lo que pasa es que por avatares de la vida, entro en los Gitanos y me enamora la Virgen de la O. Y este 21 de diciembre cumpliré cuarenta años de hermano. Mi cofradía es Los Gitanos, pero las demás de la parroquia me tiran mucho, y muy especialmente la Virgen de los Remedios.

Mi vocación por el bordado se fraguó en mi casa; allí siempre se habló de arte. Mi padre, que es muy esperancista, también ‘menoso’ y, al ser de familia de marinos, muy devoto de la Virgen del Carmen, era profesor de baile. Luego viene la Virgen de la O y Ella es la que intercede para que yo sea bordador de oro.

-De lo primero que has hablado al comenzar es sobre los Mártires, ¿Cómo conviven en una parroquia tantos grupos y cofradías?

-Maravillosamente bien. Las cofradías no tienen problemas, la Semana Santa no tiene problemas, nadie tiene problemas… Todos se los buscamos nosotros. Yo no los he tenido con ninguna institución. Problemas personales, sí; como el contencioso que tuve con el Huerto, pero eso se solucionó y ya vuelvo a ser hermano, y no pasa nada: es pasado y no existe. En la parroquia vivimos en Hermandad. Y si ha habido problemas, yo no me he enterado.

-¿Cómo es la participación de las cofradías en la comunidad parroquial?

-Yo no te puedo hablar con propiedad porque nunca he pertenecido a un Consejo Parroquial. Sé los problemas que tiene la Parroquia, pero no he podido comprometerme a causa de mi trabajo en el Consejo. Pero me consta que hay cofrades en dicho Consejo.

-Ha conocido a varios párrocos… ¿Un párroco en los Mártires, se amolda a la parroquia o la parroquia se amolda a él?

-He conocido a don Rafael Jiménez Cárdenas, a don Antonio Ruiz Pérez y a don Federico Cortés Jiménez.

Yo creo que los dos primeros tenían muchísima personalidad. Don Federico se tiene que ir amoldando, poco a poco (es una labor lenta), y luego gestionará la feligresía a su entender, aunque en el fondo todo es lo mismo. En el tiempo que lleva, reconozco que don Federico está haciendo una gran labor, a su manera, y la Parroquia está saliendo beneficiada.

Yo también soy feligrés, y tengo que defender los intereses de la Feligresía, además de los de mi Cofradía. Algunas veces estoy en medio, como los jueves, y me encuentro entre la espada y la pared, y me tengo que inclinar por mi Parroquia.

-¿Cómo vio la anécdota ocurrida en el rosario de la aurora del Amor Doloroso el pasado octubre?

-No lo sé, no estaba allí. Yo tengo que vivir las cosas para contarlas. En todo caso, es un percance que seguro que tendría solución porque hablando se entiende a la gente.

– Los Mártires en general y la capilla de los Gitanos en particular tienen carácter de acogida; muchas hermandades se han resguardado ahí durante restauraciones de sus sedes o de las capillas colindantes. ¿Tú tienes algún recuerdo especial?

Yo recuerdo siempre cuando las Penas estuvo en la Capilla de los Gitanos. Pero otras muchas han pasado por aquí: la Sentencia, el Sepulcro, los Remedios, la Virgen del Carmen de la parroquia, el Rescate, Servitas… por la Capilla de los Gitanos han pasado muchísimas hermandades.

-Pulsando la actualidad, tenemos pregonera y pintor…

-Maravilloso. Sobre el pintor, me ha chocado un poco, pero es un homenaje, y merecido, a Mingorance. Si la Agrupación de Cofradías ha visto positivo ese gesto a alguien que ha engrandecido el patrimonio pictórico con una generosa donación de obras, me parece bien.

Sobre Cari (María del Carmen Ledesma), me parece muy bien que sea una mujer la elegida después del pregón de Antonio Banderas. Siempre he dicho que se deben pregonar las excelencias de nuestra Semana Santa. Creo que ella lo hará bien.

-¿Puede dar un pregón de Semana Santa un no creyente?

-Yo pienso que si, porque yo he visto personas que son agnósticas y las he visto llorar cuando ha pasado una dolorosa y no digo nombres por respeto. Pero como la Semana Santa de Málaga es mágica y tiene poderío, pues pasan esas cosas.

-Hablando de ‘poderío’, cuéntele a los jóvenes de hoy qué era aquello de ‘La Cuadrilla del Arte’.

-Volvíamos locos a los demás, pero para bien. ¡Y nos hemos dado unos lotes de trabajar! Y consiguió poner a la Virgen de la Esperanza en el centro de Santo Domingo del altar mayor, digan lo que digan. En ese momento era hermano mayor Carlos Gómez-Raggio y estaba a favor de la gente de la cuadrilla para que la Virgen saliera de su capilla y estuviera donde tenía que estar, en el altar mayor.

-¿Qué pasaba en aquella época para que la ‘Cuadrilla del Arte’ tuviera esa necesidad de existir?

-Pienso que la cuestión era innovar y salir de lo mismo de siempre, ser creativo. Lo pensábamos y lo hacíamos. Hemos trabajado mucho pero la ‘Cuadrilla del Arte’ puso un buen grano de arena dentro de la Semana Santa. Se revolucionó mucho. Yo creo que dimos un producto en su momento y que luego con el paso de los años se han recogido los frutos.

-¿Puede ser la ‘Cuadrilla del Arte’ la culpable de que se le tenga ese cariño popular la Virgen de la O?

-No lo se, yo siempre he procurado entregarle la Virgen a la gente. Como no había sitio, la Virgen estaba seis meses arriba y otros seis abajo y la capilla abierta. Yo trabajaba por la noche y por las tardes siempre estaba en los Mártires. El que me quería encontrar tenía que ir allí y nos juntábamos un grupo de devotos del Cristo y de la Virgen que se iban acercando a las imágenes. Rafael de las Peñas en una entrevista reciente, cuando le preguntaban por los vestidores, reconocía que ver vestir a Juan Rosén la Virgen de la O era un clase magistral, y se lo agradezco mucho, porque por la capilla han pasado casi todos, por no decir todos, los vestidores.

-¿Considera que a pesar de los numerosos cultos falta la calidad de años atrás?

-Estamos todos muy cansados y la gente joven no está por la labor. Yo me quedé asombrado cuando veía en televisión la juventud alrededor del Papa con lo de la JMJ, porque yo me preguntaba ¿dónde está la juventud cofrade de Málaga?

-¿Carece Málaga de juventud cofrade?

-La juventud que nosotros queremos o que yo quiero no va a volver porque no me veo reflejado en ninguno. Yo soy un ratón de sacristía. Hay juventud pero hay que adaptarse a la que hay, a sus horarios de trabajo, a sus estudios…

-Y cuando eso falla, ¿dónde está el problema, en la sociedad, en las cofradías, en el propio joven?

-De la gente que ha estado creo que nadie puede decir que yo lo he tratado mal o, siendo ‘el que manda’, con soberbia; y yo no tengo ningún problema en que los jóvenes se abran paso.

En esta información han participado Juan A. Navarro Arias, Alejandro Cerezo, Antonio Márquez, Marta Jiménez, Rafael Contreras y David Domínguez.

Fuente: elcabildo.org

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