Cultos en honor a la patrona en Madrid

La Real Archicofradía de la Santísima Virgen de Guadalupe en Madrid celebró el pasado 23 de octubre, en la Real Iglesia Parroquial de San Ginés, los solemnes cultos en honor de la Patrona. En esta ocasión, la Cofradía quiso recuperar una tradición de hace años al celebrar sus cultos principales en dicho mes. Un mes mariano por excelencia.

En su capilla, ese lugar privilegiado de Úbeda en el centro de Madrid, la Virgen de Guadalupe lucía sus mejores galas. Rodeada de un espléndido exorno floral aparecía entronizada bajo el dosel dorado de su retablo. Resplandeciente como el sol, con la luna bajo sus pies y coronada con estrellas, recibía el cariño sin reservas de todos los que se acercaban y se sorprendían ante tanta belleza.

A las 13 horas, el Coro Matritum Cantat entonaba el cántico de entrada comenzando así la solemne función principal. Presidiendo la celebración, el reverendo padre don Antonio-Hernán Gómez Gómez, vicario parroquial. Finalizada la homilía, el Hermano Mayor, don Francisco Javier Reyes Sevilla, en nombre de toda la Real Archicofradía, acompañado por sendos directivos que portaban la bandera y báculos, realizaba el acto de protestación de fe ante todos los presentes.

Antes de la bendición final, previa a la conclusión de la celebración, el oficiante, la junta de gobierno y los hermanos, y los muchos que así lo desearon, se aproximaron a la capilla donde se entonó la Salve Regina ante la imagen de Nuestra Señora. Al finalizar, junto antes del responso por los hermanos de la cofradía fallecidos, quedó patente de nuevo la devoción a Nuestra Señora cuando se ofreció a besar la medalla de la Cofradía, formándose una larga e improvisada fila de personas que esperaron su turno para depositar ese beso, un pequeño gesto que demuestra el cariño que se le tiene en las tierras madrileñas a nuestra Patrona.

Por la tarde, después de una Comida de Hermandad, en un acto improvisado, un numeroso grupo de hermanos se desplazaron de nuevo a San Ginés para rezar el santo rosario junto a Nuestra Madre, otra manera de repetirle muchas veces a la Madre de Dios cuanto la queremos; como llevar diez flores a María en cada misterio, en señal de agradecimiento por sus ya cuarenta y tres años en Madrid.

Fuente: cruzdeguia

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