Mimos científicos al paso del Señor

La canastilla por un lado, concebida como “un retablo de cuatro caras construido como una única pieza”; las ocho cartelas con relieves policromados por otro; y, por último, sobre una mesa, los 24 angelitos que dialogan con el espectador y los seis ángeles pasionarios de mayor tamaño que se ubican en los ángulos de la canastilla. Así se pudo admirar ayer en el laboratorio del monasterio de la Cartuja el paso procesional del Señor del Gran Poder, primera obra de esta tipología que se restaura con un criterio científico. Los técnicos del IAPH han completado ya entre el 75 y el 80% del proceso de conservación que se está llevando a cabo sobre este “retablo itinerante” construido hace más de 300 años por Francisco Antonio Ruiz Gijón, el mismo autor del Cachorro.

A los especialistas del IAPH les ha llamado la atención el diseño “especialmente atrevido” de la canastilla, inspirado en la arquitectura clásica del barroco italiano, y compuesto por una sucesión de curvas y contra curvas, espacios cóncavos y convexos, superficies estofadas y doradas en las que se juega con brillos y mates a la búsqueda de una ambientación teatral.

En sus más de tres siglos como pieza en uso, el paso ha experimentado numerosas restauraciones y reparaciones. En la de 1852 se redora y se configuran las policromías actuales de las esculturas y cartelas. Aún así, estos y otros añadidos -cambios de candelabros, faroles, respiraderos, molduras o maniguetas- apenas han alterado la talla original del siglo XVII.

Gracias a esta intervención, las escenas de las cartelas han recobrado sus colores, y también será apreciable la limpieza acometida sobre el dorado del paso que, no obstante, seguirá manteniendo esa impronta de “oro mate”, según refirió ayer durante la jornada de puertas abiertas el hermano mayor de la cofradía, Enrique Esquivias.

A la luz del proceso de investigación previo, los historiadores del IAPH descartan la intervención de Bernardo Simón de Pineda en la traza del paso. “En ninguno de los ocho folios del contrato, que se conserva en el Archivo de Protocolo, se le menciona”, apunta el historiador del IAPH José Luis Gómez, a la sazón archivero de la hermandad del Gran Poder. Sus investigaciones parecen desmontar una vieja teoría asumida por la hermandad, ésa que interpretaba el programa iconográfico del paso (con tres escenas del Antiguo Testamento, cuatro de la Pasión de Cristo y una octava con la parábola del Hijo Pródigo) como un discurso en torno al gran poder y el sin poder de Dios. “Ésa sería una interpretación a la luz del siglo XX, pero hay que pensar que cuando el paso se concibe en 1692 la hermandad del Gran Poder era la cofradía del Traspaso y la imagen del Señor no era la más famosa de la Semana Santa”.

Fuente: elrinconcitocofrade

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