Misa con motivo de la Canonización de Juana Jugán
Con la conmemoración del nacimiento de Santa Juana Jugan como telón de fondo (25-10-1792), presentes aún los momentos de su reciente canonización en nuestros corazones, acudimos con inmensa alegría el domingo 25 de Octubre a la invitación que Sor María del Rosario, Madre Superiora de las Hermanitas de los Pobres, nos hizo en nombre de la Congregación en muestra de agradecimiento por nuestra colaboración con dicha comunidad.
Siempre es un motivo de satisfacción para nuestra Hermandad acercarnos a la residencia y más aún participar con los ancianos y las Hermanitas en la celebración de la Eucaristía. Don Jesús, el Delegado de Pastoral de Salud, nos habló en su homilía sobre el ciego de Jericó, y nos recordó que “no hay peor ciego que el que no quiere ver”, palabras que son fuente de reflexión para que analicemos nuestro comportamiento ante las diferentes situaciones que nos ofrece la vida en todos sus órdenes.
Siempre es un motivo de satisfacción para nuestra Hermandad acercarnos a la residencia y más aún participar con los ancianos y las Hermanitas en la celebración de la Eucaristía. Don Jesús, el Delegado de Pastoral de Salud, nos habló en su homilía sobre el ciego de Jericó, y nos recordó que “no hay peor ciego que el que no quiere ver”, palabras que son fuente de reflexión para que analicemos nuestro comportamiento ante las diferentes situaciones que nos ofrece la vida en todos sus órdenes.
A la conclusión de la misa y tras departir con algunos de los residentes, pasamos al comedor, en el cual las Hermanitas nos habían “montado” con sumo gusto unas bonitas y elegantes mesas. De entre los cubiertos y demás elementos para el almuerzo, sin duda sobresalía algo que llevaremos junto a nosotros con enorme cariño: una estampita con una medalla de Santa Juana Jugan, acompañada de su correspondiente oración.
Con D. Jesús entre nosotros, gran animador donde los haya, los once miembros de la hermandad que acudimos, degustamos de un exquisito almuerzo, servido por voluntarios y las propias Hermanitas.
A la conclusión de la comida, Sor María del Rosario, junto a Sor Concepción, nos hicieron entrega de una hermosa figura de Santa Juana Jugan, la cual ocupará un lugar de privilegio en las dependencias de la hermandad cuando en un futuro podamos disponer de ellas.
Realmente, y sin ánimo de pretender ser modestos, consideramos que nosotros, nuestra Hermandad, somos los que debemos dar muestras de gratitud a esta gran familia, pues ellas son nuestro ejemplo a seguir, nuestra ilusión para continuar nuestro camino, nuestro espejo en el cual mirarnos y, sobre todo, un derroche de amor, sencillez y humildad, dones con los que el Señor les ha dotado para poder llevar a cabo esta noble causa que Santa Juana Jugan inició.
Realmente, y sin ánimo de pretender ser modestos, consideramos que nosotros, nuestra Hermandad, somos los que debemos dar muestras de gratitud a esta gran familia, pues ellas son nuestro ejemplo a seguir, nuestra ilusión para continuar nuestro camino, nuestro espejo en el cual mirarnos y, sobre todo, un derroche de amor, sencillez y humildad, dones con los que el Señor les ha dotado para poder llevar a cabo esta noble causa que Santa Juana Jugan inició.
Gracias Hermanitas por acogernos entre ustedes, por abrirnos sus corazones, por darnos su testimonio de entrega hacia los más desfavorecidos y, sobre todo, por enseñarnos que el Señor se Despojó de su vida para nuestra salvación y que por mediación de su Bendita Madre, que es Caridad y Consuelo para todos, procuramos cada día cumplir con los fines que nos hemos marcado.
Fuente: lapasion.org