Poco brillo y casi en penumbra

Las primeras representaciones de las hermandades de Gloria iniciaron la procesión y la eucaristía en la Catedral aún no había terminado. La cabeza de procesión marchaba por la plaza de Uncibay cuando se incorporó la cruz alzada y los dos ciriales que debían de abrir el cortejo, todo esto tras recorrer los tres acólitos toda la comitiva por el borde de la procesión. Así empezó una celebración con poco brillo y muchas descoordinaciones, aunque se recordará por el uso de la megafonía, cuyo presupuesto no trascendió y su utilidad quedó en entredicho. Se instalaron varias decenas de altavoces por todo el itinerario. Fue esperpéntico ver al Santísimo atrapado por los cables puestos por el propio Obispado (ver imagen publicada en Twitter por @azulyplata_net). En dos ocasiones impidieron el paso de la custodia.

La megafonía empezó a funcionar tarde. O quizá el cortejo echó a andar antes de tiempo, a las 19.45 horas. Poca explicación tiene ver a cientos de cofrades procesionar por las calles de Málaga cuando el Santísimo aún no ha sido entronizado. Pero así ocurrió el domingo por la tarde en la procesión del Corpus de Málaga. Cuando la cabeza de procesión se aproximaba a la mitad del recorrido, la plaza de la Constitución, empezó a escucharse algo por los altavoces. A las 20.40 horas salió el Santísimo de la Catedral. Minutos más tarde llegaría la anécdota de la jornada, en la calle Calderería primero –a la altura del Café Madrid- y posteriormente en la calle Granada (junto al comercio Valero), la carroza quedó detenida ante un cable que le impedía el paso. Alguien trepó por la fachada de un edificio y cortó el obstáculo. Más adelante se hizo lo propio igualmente ante la atenta mirada de la curia malagueña y del propio obispo, Jesús Catalá, que figuró tras la carroza.

Los contratiempos de los cables generaron un corte importante en la procesión. Cuando la última representación cofrade –cerraron las cofradías patronales de San Ciriaco y Santa Paula y la de Santa María de la Victoria- llegaba a la calle Molina Larios, el Santísimo aún se encontraba en la primera mitad de Larios. ¿Un cortejo extenso? El grueso lo formaron -una año más- las hermandades y cofradías. El corte lo produjeron los arciprestazgos, unos siguieron la comitiva y otros se detuvieron en torno al Santísimo. Nadie ordenó parar y el cortejo llegó a la Catedral partido en dos.

El poco rigor y las imprecisiones restaron brillo a la procesión. La estampa de la carroza ‘aparcada’ en la calle esperando a que salga el Santísimo no contribuye a una solemnidad esplendorosa. Málaga es la única gran ciudad en la que Jesús Sacramentado no sale entronizado, sino portado por el propio obispo. Desde el pasado año, por deseo del propio purpurado, se realiza de este modo para que toda la comitiva salga y entre por la puerta principal del templo, como dicta el protocolo para las procesiones sacramentales. Sin embargo, también se recomienda que estos actos se celebran a la luz del sol y ayer el Santísimo llegó a su templo en penumbra, a las 22.00 horas.

Una llamada sin demasiada respuesta

Para el Obispado la prioridad es sumar a las parroquias en la procesión del Corpus y este año hicieron especial hincapié en la juventud, dado que el próximo agosto se celebra en Madrid la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que estará presidida por el papa, Benedicto XVI. Pero los jóvenes no acudieron a la cita, el grueso de la juventud, sin ser multitudinaria, iba en la representación cofrade.

Más allá de los citados contratiempos fortuitos, el cortejo discurrió de forma ligera. Las directrices eran evitar las paradas y eso agilizó con éxito la marcha de la procesión. Pero el Obispado busca un modelo de Corpus y el nuevo cambio de estilo deja mucho que desear tanto estéticamente como a nivel funcional. La propuesta era un acto ‘estático’ coordinado por un ‘speaker’ desde la Catedral. En todo el recorrido debía escucharse lo mismo. Si debe ser así, ¿para qué salir a la calle? Primero, el funcionamiento de la megafonía fue deficiente. Esto hizo absurda la participación de la coral Corpus Christi, la escolanía San Ciriaco y Santa Paula, el grupo de metal de la nueva banda Santa María de la Victoria y la capilla de música de la Catedral, que desde el propio templo interpretaron himnos eucarísticos. A la par, la presencia de la banda del Real Cuerpo de Bomberos –sólo tocaron una marcha y no sonó por la megafonía- y de la banda de música Municipal de Málaga fue insignificante, desfilaron como cualquier otro integrante más de la comitiva pues apenas tocaron.

A pie de calle, demasiado asfalto (nada de juncias y romero como en los mejores años que ya no se recuerdan) y poca gente. Entre los cofrades pocos entendieron la apuesta por recuperar la megafonía. El debate vuelve a la calle Santa María donde los responsables de la procesión deberán reflexionar sobre su futuro. La nueva apuesta no tuvo brillo ni la respuesta esperada por parte del pueblo.

Fuente: elcabildo.org

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