Con la música… en todas partes

El Ayuntamiento de Sevilla, a través del Consejo de Bandas, se ha comprometido a que en menos de un año las distintas formaciones musicales hispalenses tengan un lugar adecuado para ensayar.

Sevilla capital cuenta, en estos momentos, con un total de 27 formaciones dedicadas a la música procesional. Concretamente, seis agrupaciones musicales; 16 bandas de cornetas y tambores y cinco bandas de música —conocidas como de palio—. A ellas hay que añadir un escuadrón a caballo, el de la Hermandad de la Paz, que también acompaña musicalmente.

Un amplio espectro que da cabida, aproximadamente, a más de 4.000 personas entre jóvenes y adultos y que a algo más de un mes para que se inicie la Cuaresma, ensayan diariamente en lugares repartidos por toda la geografía urbana de la ciudad, desde locales en polígonos industriales hasta debajo de un puente o en explanadas, al aire libre. Es la realidad de unas formaciones que, en la mayoría de las ocasiones, tienen que pagarse todo —instrumentos, uniformes, desplazamientos para ensayar…— y que, en casos concretos, pasan auténticas penalidades.

El Gobierno que preside Juan Ignacio Zoido apostó en la pasada campaña electoral por las bandas de música en el sentido de dignificar sus ensayos y dotar a aquellas que no lo tuviesen, de un lugar donde poder hacerlo. Hay que tener en cuenta que actualmente son seis las bandas de cornetas y tambores que desafían a diario las condiciones meteorológicas —frío, calor, lluvia— y otras como la incomprensión, muchas veces, de los vecinos, que llegan incluso a agredir a los componentes de las formaciones musicales, tanto verbal como físicamente. Éstas son Madre de Dios de los Desamparados, que ensaya en la explanada de la rotonda del Carrefour Macarena, al lado de un concesionario de coches; Santa Ángela de la Cruz, en la Carretera de Su Eminencia; Nuestra Señora del Carmen, en el parque Amate, al lado del campo de fútbol; Nuestro Padre Jesús de la Humildad, junto al polideportivo de Pino Montano; Jesús Cautivo, en la Torre Sur de la Plaza de España; La Pasión de Cristo, al lado del Palacio de Exposiciones y Congresos y cuando llueve en la zona techada de Carrefour San Pablo, y La Esencia, en Pino Montano. A ellas hay que añadir señeras como la Centuria Macarena, en la explanada del Parlamento de Andalucía y en la zona del puente de la Barqueta, y la de San Juan Evangelista, de la Esperanza de Triana, que para poder desfilar se desplaza hasta Puerta Triana.

Un dineral en alquiler

Y los que lo hacen bajo techo, por regla general pagan importantes cantidades de dinero por el alquiler de naves en polígonos industriales, además de haberlos acondicionado —de su propio bolsillo— en cuestiones de insonorización y reformas varias para poder ensayar con dignidad.

La Delegación de Fiestas Mayores, a través del Consejo de Bandas, se ha comprometido a que en menos de un año las bandas puedan tener a su disposición locales cedidos por el Ayuntamiento en distintos lugares de la ciudad, e incluso en el área metropolitana. Así, además de las ya conocidas cuatro caracolas del entorno del Lope de Vega, donde ya ensaya la Banda del Cristo de la Sangre, se les han ofertado a todas estas formaciones dos naves en el Parque Artesacro; 1.800 metros del Polideportivo San Jerónimo; locales en la zona de Miraflores y, en Mairena del Aljarafe, 8.000 metros cuadrados del centro hípico. Ofertas que vienen a paliar los sinsabores tanto económicos como los que suponen ensayar al aire libre.

Así, José Miguel Muñoz, de la Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús de la Redención, señala que su formación, compuesta por unos 150 músicos, ensaya en un local del Polígono Navisa desde hace nueve años. «Estamos pendientes de la decisión del Ayuntamiento. Nos vendría muy bien un local cedido».

De la misma opinión es Juan Ramírez Téllez, de la Agrupación Musical Virgen de los Reyes, que lleva 12 años en el Polígono San Jerónimo, donde ya han gastado en alquiler «más de 20 millones de las antiguas pesetas. También lo hemos acondicionado. Hombre, nosotros nos iríamos encantados. Somos 150 músicos y en espera hay más de 100. Sería la solución».

Francisco José Gómez, de la Agrupación Musical Nuestra Señora de la Encarnación, ve esta cesión con buenos ojos. Ellos llevan cuatro años alquilados en el Polígono Industrial San Pablo. «Hemos hecho una segunda planta en la nave, así como acondicionado todo en cuestiones de insonorización. Lo que nos ofreciesen habría, desde luego, que estudiarlo».

En plena Carretera de Su Eminencia, en el puente de las cocheras del Metro, ensaya la Banda de Cornetas de Nuestra Señora de los Ángeles desde hace 6 años. Alfonso Seller, su director musical, especifica que esperan que puedan contar con un local pronto. «Ensayamos unos 70 chavales de lunes a viernes, con una media de 17 años, y tenemos que soportar muchas inclemencias».

Juan Gallardo, responsable de la Banda de Nuestra Señora del Carmen, precisa que sus músicos ensayan en el Parque Amate, junto al campo de fútbol. «Nosotros nos conformamos, como parece que va a ser, con que nos coloquen una carpa en este sitio, junto al Centro Deportivo de Amate. La iluminación va a estar a cargo del Instituto Municipal de Deportes y, de esa manera, los chavales no van a estar a la intemperie. Nos han dicho que antes de un año estará en funcionamiento».

Piedras, balines y cuchillos

La Banda de Madre de Dios de los Desamparados tiene que hacer frente a las condiciones meteorológicas en la rotonda de Carrefour de Macarena… y a los vecinos. Joaquín Muñoz, su responsable, señala que «nos han tirado piedras, disparado con balines e incluso con un tubo de pvc a modo de lanzamisiles, para que las piedras lleguen más lejos. Son muchos los problemas pero parece que se van a solucionar».

Lo mismo que espera Israel Fernández, de la Banda de Nuestro Padre Jesús de la Humildad, que ensaya junto al Polideportivo de Pino Montano. «Ocho años llevamos entre 70 y 80 músicos. Intentamos meternos en la plaza de abastos cuando llueve, pero es poco menos que imposible. También hemos tenido problemas con los vecinos e incluso uno llegó a amenazarnos con un arma blanca. Un local sería una gran solución, ya que incluso se podrían dejar los instrumentos y no tener que cargarlos».

Fuente: sonesdesevilla

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