Exposición de la Hermandad del Santo Entierro en el Club Mercantil

Desde antiguo la Hermandad del Santo Entierro ha venerado con la mayor devoción los Dolores de María Santísima, dolores que fueron creciendo progresivamente en el corazón de la Madre durante toda su vida, desde la Profecía de Simeón hasta la muerte y entierro de su Amado Hijo.

Reflejo de esta veneración, es el uso como lema propio de la Hermandad de la oración que en parte da título a esta exposición: UBI EST DOLOR SICUT DOLOR MEUS, “DÓNDE HAY DOLOR COMO MI DOLOR” inspirada en la antífona de las Lamentaciones de Jeremías (I, 12), uno de los Responsorios propios de la antigua liturgia de los Oficios del Sábado Santo y que se refiere a la particular Pasión vivida por María, la Madre de Jesús.

María mantiene su comunión espiritual con el Hijo durante toda su vida pero especialmente en su Pasión, sufriendo con Él y asociándose a su sacrificio por lo que la Iglesia la advoca como Corredentora.

Si bien el papel de María en nuestra redención ha sido de subordinación respecto a Cristo, María es corredentora porque Dios quiso redimirnos siendo hombre y no lo podía ser sino nacido de una mujer; pudo redimirnos de muchas maneras, pero quiso hacerlo haciéndose hombre en el seno de María.

Desde los primeros tiempos, la Iglesia ha considerado y admirado los dolores de María, los “llantos de la Virgen”, pero es en el Medioevo (S. XIII-XIV) cuando se compartimenta esta “Via Matris Dolorosae” en los Siete Dolores que a modo de “pasos” ilustran el dolor de María.

Si bien el dolor de María encuentra su mayor significación en torno a la Cruz, también fue contemplado por la piedad mariana en otros acontecimientos de su vida íntima, asociada a la del Redentor desde los primeros instantes de su infancia.

En nuestra tierra, se celebra la Pasión también según Santa María. Los fieles consideran los padecimientos del Redentor a través del corazón traspasado de la Corredentora. La expresión de la Dolorosa da la versión maternal y emocionada del misterio representado en el paso de Cristo.

En el Entierro de Cristo María carga en su corazón ya con los Siete Puñales. Medita en todos sus Dolores constituyéndose pues este paso del Duelo, protagonista de esta exposición, en el momento álgido de la particular Pasión de María cuyo corazón de Madre sin embargo espera ya en la Resurrección.

Fuente: Club Mercantil

Fuente: cruzalzada.com

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