Una catequesis más que una homilía

Un cura sobre las tablas del Teatro Cervantes hablando de Dios. Una homilía. El sambenito ya lo habían puesto muchos cofrades antes de que Rafael Pérez Pallarés tomase posesión ante su atril. El pregón de la Semana Santa 2013 tuvo un marcado fondo catequético, pero no fue una homilía. Sí un intensivo de formación básica útil para quien llegase verde al final de la Cuaresma. Tras escuchar al pregonero, a nadie le debe quedar dudas de que en Semana Santa se procesiona a Jesucristo y se rememora su muerte y resurrección. Cosas básicas que a veces dan la sensación de que se olvidan.

Una hora y 23 minutos después, lo que duró la locución de Pérez Pallarés, a muchos les faltó algo de pellizco cofrade. Del pregón destacaron una profundas reflexiones sociales, aplicables a lo terrenal más allá de creencias religiosas. El hilo conductor, como el pregonero ya había avanzado, fueron los personajes secundarios de la Pasión. A través de ellos radiografió conductas del ser humano. Una aportación literaria muy interesante con un fondo de largo recorrido. El pregonero no se cansó de recordar, a lo largo de toda la noche, qué reunía en vísperas del Domingo de Pasión a la Málaga cofrade: «Málaga, te anuncio que tarde o temprano sentirás cómo el Hombre de la cruz te atrapa, te seduce, te cautiva». Sí, llega la Semana Santa.

Pérez Pallarés es un tipo inteligente. Cualquiera no puede ser portavoz del Obispado de Málaga. Además, lo hace con criterio. Sabe controlar la escena, interpretar y dar en cada sitio el mensaje que se requiere. Vean el programa ‘La semana más larga’ del pasado miércoles 13 de marzo, acudió con el objetivo de derrumbar estereotipos de la Iglesia y lo consiguió en parte. Fue un gol a favor de la Iglesia, sin dudas. En el Teatro Cervantes habló sin titubeos, con voz firme y sin evidenciar ningún signo de nerviosismo. Tenía claro que se trataba de anunciar los días grandes que están por llegar. Así empezó y terminó su locución: «Málaga, vas a celebrar la Semana Santa. Vas a proclamar la existencia real de Dios». Pero aprovechó que el mundo cofrade debía escucharle para recordar lo que se aprende en la catequesis de la primera comunión y no todos tienen claro pasados los años. Como si de un enviado de la alta curia se tratase, con el objetivo de evangelizar.

El pregón tuvo una parte introductoria de unos 25 minutos donde el cura trató de contar qué es la Semana Santa. Habló de la llegada de la primavera, cómo la ciudad y los malagueños se transforman y del fondo que encierra todo ello. «Es primavera en nuestra ciudad y la Semana Santa pide pasos a gritos con renovado afán. ¿Notas algo nuevo que nace dentro de ti? Se remueve inquieto tu interior. El misterio está obrando; cambiándote casi sin que te des cuenta. No volverás a ser el mismo. Contempla. No estás loco, estás vivo. Y tú lo sabes. Intuyes la verdad última en la belleza, en el sacrificio y en el espectáculo. ¿Sabes por qué? Porque sólo quien se ha sentido seducido, embriagado y poseído por la verdad última puede descubrir atisbos de plenitud». Fueron momentos emocionantes. Gran parte del mensaje de Pérez Pallarés fue una llamada a la reflexión.

La gran reivindicación del pregonero, que en general evitó terrenos farragosos, fue para que los cofrades saquen pecho de lo que son y sienten: «Cuéntalo sin ceder a la tentación de la ambición, del poder, de la vanagloria. Comunícalo sin transitar por los caminos de la superficialidad, de la frivolidad o el mero sentimentalismo. Dilo: estás orgulloso de tu cofradía, de los ojos verdes de tu Paloma y de todo lo que hace en beneficio de los más pobres de tu barrio con nombre propio: Caridad. Estás contento de ser cofrade y de vivir como experiencia única e irrepetible en tu ciudad los misterios centrales de la fe cristiana. Es algo único. Lo sé. Es algo íntimo y comunitario. Lo sabemos. Es algo que tú sólo puedes explicar. Y por eso, cada año vuelves al lugar preciso, al espacio concreto que sientes como tuyo y que cada Semana Santa recuperas en unión con tu pueblo para reencontrarte con la vida y la fe».

Mucho se había hablado de la coincidencia del nombramiento de un cura en el Año de la Fe. Si bien ésta fue uno de los ejes vertebradores del pregón, sobre la celebración propiamente no hizo referencias. Sí citó al Papa Francisco, elegido después de imprimirse el texto. Pérez Pallarés se refirió al nuevo Pontífice al hablar de San Pedro, del que recordó que llegó a liderar la comunidad cristiana como ahora hace el jesuita argentino.

El cofrade puede encontrar en las palabras de Pérez Pallarés un mensaje interesante, si bien no fue un pregón propiamente cofrade. La Mujer Samaritana y los testigos de la fe representados en la Entrada en Jerusalén fueron los primeros personajes secundarios a los que citó. La estructura del texto no siguió ninguna cronología, quizá los distintos lances de la Pasión, aunque fueron frecuentes los giros temporales y literarios. Fueron citados todos los titulares de la Semana Santa, a falta de hacer el recuento eso asegura el propio pregonero. El epílogo del pregón fue para hablar de la Resurrección y de la Virgen María: «Sólo basta mirar a la Reina de los Cielos para descubrir la verdad en lo que pregono».

En las penúltimas palabras antes de cerrar con el tradicional ‘he dicho’, el pregonero subrayó nuevamente lo ya expuesto, para lo que se encontraba sobre las tablas del Cervantes: «Málaga, vas a celebrar la Semana Santa. Vas a proclamar la existencia real de Dios. Vas a comprobar cómo Dios penetra hasta el fondo último del ser. Vas a descubrir cómo la vida lo abraza todo. Málaga, vas a acariciar nuevas flores y vida. Y entenderás que atrás quedó el desierto. Málaga, Dios es poder. Y este poder absoluto es también bondad idénticos en la raíz última del ser. Eso lo han experimentado los cristianos, nómadas en su camino a la eternidad, y por eso anuncian que los días que están por llegar abren ventanas a la vida y la fe». Un pregón marca Pérez Pallarés, un cura que aunque no es cofrade entiende bien esta realidad y sabe lo que hay que decir en cada sitio. Esta vez entendió que tocaba dar una catequesis antes de la Semana Santa que está a la vuelta de la esquina. Hay sobre la mesa argumentos para reflexionar, el incienso de los traslados pondrá el sabor cofrade.

Fuente: elcabildo.org

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