Anécdotas, vivencias, devoción mariana y amor al barrio, en el pregón de Miguel García Almagro a la Semana Santa del Realejo

«¡Gloria al Realejo!», así comenzaba el pregón de la Semana Santa del barrio del Realejo, pronunciado en la noche de ayer por Miguel García Almagro, capataz del paso de Jesús de las Tres Caídas y capataz general de la hermandad de San Agustín. A las 20.30 comenzaba el acto en el Monasterio de la Comendadoras de Santiago, introducido por Francisco Estarli, que presentó brevemente el cartel de la Semana Santa de esta barrio granadino, obra de Carlos Choín en donde se muestra la trasera del paso de palio de la Virgen del Rosario rodeado por la multitud el pasado Miércoles Santo. Tras las breves palabras para describir el cartel, presentó de manera cariñosa al pregonero del barrio en el presente año.

Por espacio de una hora y quince minutos, Miguel García Almagro pregonó la Semana Santa del Realejo con palabras que mostraban en todo momento su amor a este barrio y a sus gentes, del que dijo que era «el Reino de Dios» y que no se entendería el mismo sin sus hermandades ni a estas hermandades en otro sitio distinto que no fuera el barrio del Realejo. Habló de la importancia que tiene y ha tenido el barrio del Realejo para la Semana Santa de Granada, llevando a ésta a grandes cofrades y dijo que dicho barrio ha sido pionero en muchos aspectos de nuestra Semana Santa.

Hizo también referencia a los grandes apellidos del barrio: «Sáez, Castro, Cordones, Cuevas, Carvajal, Sánchez Pantoja, Pavón, Vedia, Lapresta….» y a dos grandes capataces del Realejo, Antonio Muñoz Osuna y Pepe Carvajal, aunque, «a mi juicio, en esta terna de maestros faltaría José Carranza «Willy», y realizó un llamamiento a los costaleros para decir que «hay que seguir queriendo a Cristo, ya que sin devoción no hay afición».
En su texto, también hubo tiempo para las anécdotas y las vivencias personales, como cuando refirió su encuentro con una chica de Irlanda del Norte un Miércoles Santo de hace «cuatro o cinco años, no recuerdo bien», en donde ésta quedó impresionada por Jesús de las Tres Caídas. Su amor por la Virgen lo dejó patente al hablar con cariño de la Madre de Dios en las distintas advocaciones marianas del barrio.
El acto estuvo presidido por el edil Fernando Egea Fernández-Montesinos y los hermanos mayores de las seis hermandades del barrio convocantes (Cena, Cañilla, Rosario, Favores y Alhambra) a excepción del hermano mayor del Huerto, representando a esta hermandad el teniente de hermano mayor.

Al término del acto, el pregonero fue obsequiado con un recuerdo de este día, con las medallas enmarcadas de las cofradías organizadoras.

Fuente: Granadacofrade

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