Un recorrido por la catedral de Santander, visitada cada verano por medio millón de personas

La Catedral santanderina era un monumento fundamentalmente desconocido hasta la restauración realizada tras el Incendio de Santander de 1941. Ello era debido a que el conjunto estaba camuflado por las construcciones inmediatas que circundaban al templo, situación que provocó que pasara desapercibido en los libros editados sobre el gótico español.

El Incendio de Santander del 14 de febrero de 1941, desnuda el entorno exterior y también destruye los numerosos cortinajes y pinturas del interior del templo, poniendo casualmente de manifiesto las riquezas artísticas y arquitectónicas que encerraba. Además, en contra de lo que pueda pensarse, el incendio de 1941 no dañó del todo a la Catedral, de la que actualmente se conserva el 85 por ciento de su obra original. Asimismo quedó intacta gran parte de su obra mueble del siglo XIII, que se conservó.

Los efectos del desastre de 1941 sacan a la luz la obra gótica original del templo de finales del siglo XII y del XIII, así como de su claustro, construido en el siglo XIV.

Un edificio singular

La Catedral de Santander es un edificio gótico singular por su sobriedad y sencillez de estilo, mientras que su claustro puede considerarse como un oasis de paz al que acompaña a un monumento austero, pero elegante, y muy apropiado para las celebraciones litúrgicas, por la claridad y luminosidad del interior del templo.

Otra peculiaridad es que, ésta, es la única catedral formada por dos iglesias superpuestas y de idéntica planta: El Cristo (Iglesia baja) y la propia Catedral (Iglesia alta).

La primera, construida en torno al año 1.200, cumplía la función de gran santuario al albergar la tumba martirial donde se custodian las dos cabezas de los santos San Emeterio y San Celedonio, traídas de Calahorra (La Rioja) en el siglo VIII y patronos de la ciudad de Santander. Por su parte, la Iglesia alta o catedral, cumplía la función de colegiata y fue la única parroquia de la villa hasta el siglo XVIII. Además, aquí también se efectuaron los entierros de los santanderinos hasta el siglo XIII.

El claustro fue construido en el siglo XIV y mantiene el estilo gótico cisterciense, en el que la sobriedad, la luz, las formas arquitectónicas y sus transparencias son las claves de la espiritualidad que entonces se intentaba promover.

El incendio de Santander

Tras el Incendio de Santander de febrero de 1941, se aprovechó la coyuntura para reconstruir las cabeceras de los altares de la catedral. Las obras incluyeron la ampliación del templo mediante la realización del transepto, la girola y la nueva capilla realizadas con criterio clasicista y, por tanto, en coherencia con el estilo que ya existía.

Este desastre de 1941 no fue tan amplio como podría pensarse y lo cierto es que la Catedral conserva, hoy día, el 85 por ciento de su obra original. Por ejemplo, gran parte de su obra mueble del siglo XIII se preservó, tal como la orfebrería, pintura, esculturas y otras de carácter industrial. Caso igual sucede con una Virgen de finales del mismo siglo citado, así como las obras barrocas de los siglos XV al XVIII.

Tras el Incendio de Santander, se decide traer hasta la catedral distintas obras de arte. De esta forma se traslada hasta el templo santanderino un retablo de Tamarín de Campos de Valladolid, que es uno de los más sobresalientes del barroco vallisoletano, cuyo autor fue Tomás de la Sierra. Igualmente se trae un coro de un convento madrileño, obra de Juan Gómez de Moca, que fue arquitecto real de Felipe III.

Los trabajos de investigación de estos últimos 25 años descubrieron un cuadro de la Visitación que es una copia original de Rafael Sancio, y que se encuentra en El Escorial de Madrid. Igualmente existe una magnífica pila hispano-musulmana de la época de las dinastías africanas (mediados del siglo XII) y que procede de Sevilla, de donde es traída tras la reconquista de esta ciudad.

La Catedral de Santander es el templo más visitado de Cantabria. Así, entre los meses de julio y septiembre de 2009, un total de 50.010 personas contemplaron el templo madre de la Diócesis de Santander.

Fuente: revistaecclesia.com

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