Miles de caravaqueños acompañan a la Vera Cruz de regreso a su Santuario

La ciudad murciana ha celebrado sus fiestas en honor a la Santísima y Vera Cruz y declaradas de Interés Turístico Internacional, de forma especial con la festividad del Año Jubilar.

Miles de caravaqueños acompañaron el miércoles a la Santísima y Vera Cruz de regreso a la Basílica-Santuario en el último día de sus fiestas de Moros y Cristianos y Caballos del Vino, que comenzaron el pasado 1 de mayo. La nueva custodia procesional se lució de nuevo en las calles de Caravaca de la Cruz, ciudad situada en el Noroeste de la Región de Murcia, tras su estreno el 3 de mayo.

La procesión final partió desde la parroquia de El Salvador a las seis de la tarde. La imagen de Santa Elena abrió la procesión, que contó un año más con la representación de los distintos grupos cristianos y kábilas moras que integran los Bandos Moro y Cristiano. También un representante de cada peña caballista portaba su correspondiente banderín.

La Santísima y Vera Cruz regresó al Santuario acompañada por miles de caravaqueños en la procesión con la que concluyen estas fiestas. Una vez en el recinto del Castillo tuvo lugar la tradición bendición de la ciudad y los campos.

Durante estos días, la Vera Cruz ha visitado a los enfermos e impedidos en sus hogares. Además, la patrona visitó el Monasterio de Nuestra Señora del Carmen, donde fue recibida por la comunidad de Religiosos Carmelitas. La gran despedida de fiestas tuvo lugar en la noche de ayer con un espectacular tronería de color y el tradicional trueno gordo.

Fiestas en honor a la Santísima y Vera Cruz

Caravaca de la Cruz ha celebrado, del 1 al 5 de mayo, sus las fiestas de Moros y Cristianos y Caballos del Vino en honor a la Santísima y Vera Cruz, declaradas de Interés Turístico Internacional. Este año la cita ha adquirido un sentido especial, ya que esta ciudad celebra su segundo Año Santo Jubilar Perpetuo, concesión de la Santa Sede que fue otorgada en 1998 y que se celebra cada siete años en honor a la devoción a la Vera Cruz a lo largo de la historia. El primero fue en 2003, un hecho que marcó un hito en la proyección de la Real Basílica de la Vera Cruz.

Alrededor de 200.000 personas se dieron cita para admirar a los caballos enjaezados con deslumbrantes mantos bordados en seda y oro. Las fiestas de los Caballos del Vino representan una de las citas más importantes del programa, en año además tan especial para Caravaca de la Cruz, como es la celebración del Año Jubilar 2010.

Un año más, los Moros y Cristianos deslumbraron a los asistentes con sus brillantes atuendos acompañando a la Cruz en su recorrido.

Caravaca de la Cruz, una de las cinco ciudades santas del mundo

La localidad murciana ha vivido sus tradicionales fiestas de forma especial con la conmemoración del Año Santo 2010. Juan Pablo II convirtió a Caravaca de la Cruz en una de las cinco ciudades santas del mundo, un privilegio que comparte únicamente con Jerusalén, Roma, Santiago de Compostela y Santo Toribio de Liébana.

La Santa Cruz es un símbolo que se ha convertido en su signo de identidad y que desde el siglo XIII atrae a multitud de peregrinos hacia estas tierras. Se trata de una reliquia de doble brazo en el que se guarda un Lignum Crucis, es decir, un trozo de madera perteneciente al leño en el que fue crucificado Cristo.

Caravaca de la Cruz es una ciudad con historia. Su patrimonio monumental, su entorno paisajístico, la amabilidad de sus gentes, así como su gastronomía y sus fiestas la convierten en un destino atractivo para el visitante.

Con motivo del Año Jubilar, la ciudad ha elaborado un amplio programa de actividades y actos religiosos, turísticos y culturales que se desarrollarán hasta enero de 2011. Así, el visitante o peregrino podrá disfrutar de todo tipo de espectáculos, teatro, conciertos, seminarios y exposiciones, entre otras actividades.

La concesión del Año Santo Perpetuo ha convertido este territorio en un importante lugar de peregrinaje. Desde entonces, cientos de personas acuden cada día a Caravaca de la Cruz para participar en la eucaristía y recibir el Jubileo.

Fuente: revistaecclesia.com

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